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¿A qué te suena Escuchaderos?

Me llamó muchísimo la atención el nombre de Escuchaderos, desde sus inicios. Quiero decirlo, estoy en este congreso por ese nombre.

Durante mi vida he pensado que la oportunidad de ser escuchada o de escuchar, te puede cambiar la vida. Es importante escuchar, es importante abrir la palabra, es importante crear espacios para esto.
Esto de los Escuchaderos me suena a dispositivo, a herramientas, a algo que ya se inventaron unas personas, que ya lo están haciendo, un espacio donde las personas se pueden sentar y hablar, en donde se cuenten y se escuchen sus relatos. 

Me llamó la atención como conjugaron el escuchado, refiriéndose a un espacio, como un lugar para escuchar. Me gusta la astucia de ese juego de palabras. Atreverse a nombrar algo nuevo es como abrirse a la posibilidad.
Escuchadero me suena a que es lugar a donde las personas vamos, y nos tomamos un tecito. Respondes a las preguntas como mas fácil sea para ti, respondes lo que piensas, es un espacio importante por que me siento escuchada.

Me gustan los escuchaderos por el espacio que se genera y estar tomando y comiendo algo mientras platicas, me parece relajante. Es interesante escucharme, me ayuda a ver mejor lo que dije, no solo dejarlo en el aire, captarlo mejor. 

Los Escuchaderos son una manera de abrir un tiempo y un espacio extra-ordinario para crear un cuenco, con sus bordes y sus cuidados, para hablar de cómo nos va en la vida, en la organizaciones, en las comunidad, en nuestras acciones.

¿Qué significados tiene lo que hacemos, qué nos duele,  qué soñamos?
Ponemos en marcha una escucha que pone atención en los saberes y las maneras de responder a los problemas. Preguntamos por los relatos y experiencias, el  cruzamiento de los relatos de nuestras vidas. Creamos y atrapamos metáforas que vienen de nombrar la vida en nuestros términos... tejemos los relatos propios y colectivos como un solo bordado de saberes y dignidad.

Asómate a un Escuchadero

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